Gut Feeling, Eva Fábregas

- primera exposición obligatoria

Fotografía tomada por María Torres Heras.

Es fascinante lo mucho que puede llegar a definir a una persona aquello que desea; pero resulta aun más fascinante que algo imposible de satisfacer por definición, se convierta en el motor principal de la vida humana, que dirija y oriente todas nuestras acciones.

Es cierto que hablar de deseo implica tomar perspectivas muy diferentes y abarcar temas muy dispares. Nuestro cuerpo físico tiene distintos apetitos y necesidades, nuestro inconsciente también desea afecto o aceptación, y está claro que nuestra mente está siempre inquieta y deseosa por aprender; pero todos estos tienen algo intrínseco, algo en común: su punto de partida. Todo deseo nace de la carencia, de la falta de algo, y de la necesidad y ansia que esta produce en nosotros; un desequilibrio interno comienza a tintar e influir todas nuestras acciones, que ahora tan solo se centran en conseguir este algo. O al menos, todo deseo nacía de ahí, porque ¿qué pasaría si comenzáramos a fabricar deseos? ¿Sí comenzáramos a manufacturar objetos específicamente diseñados para suscitar nuevos antojos? Justo esta es la reflexión que plantea Eva Fábregas a lo largo de su obra; la "invención" de nuevos deseos, las distintas reacciones que desata el diseño industrial.

La artista barcelonesa regresa con Gut Feeling, la ultima exposición del ciclo Mirror Becomes a Razor When It´s Broken. En ella, con la exploración de diversos medios cómo la escultura, instalación o el sonido, se centra en aquellas pequeñas piezas que nos acompañan día tras día hasta ser casi imperceptible la separación entre estas y nosotros mismos.

Y es que somos capaces de convertir los objetos más despreciables en nuestros enseres más preciados, capaces de otorgar alma a objetos exánimes y todo gracias a las pasiones que estos despiertan en nosotros.

Aclaración sobre la propiedad de las imágenes: Ambas fotografías, aunque editadas por mí, fueron tomadas por mi compañera Jing Gao.

Me he visto en necesidad de utilizarlas debido a que durante mi visita a la segunda exposición obligatoria, quebré mi móvil por completo.